Hace meses suena una crónica mortal en nuestro país, una historia tan vociferada y manoseada por los medios y las personas que dejaron en más de uno una ampolla que no cierra. Y no cierra porque la gente no quiere que cierre, o tal vez porque necesiten que no cierre para hacer sus vidas más interesantes y discutir sobre el mismo tema en cumpleaños, cenas de trabajo, en la combi, en la cola del banco, esperando al dentista, en el Timeline de Twitter y Facebook de la gente, en las calles o incluso el domingo almorzando en la casa del abuelo.
No voy a ser cínica, también he discutido sobre el tema pero hay que saber cuándo dejarlo ir, por eso las últimas veces que alguien trajo el nombre de CIRO a una conversación amical, tuve que fingir ir al baño. A veces lo hago, sólo para escapar de conversaciones incómodas y redundantes que no aportan nada a mi salud mental.
Hace meses necesitaba sentarme y escribir cualquier cosa, eso es lo bello de los blogs, aquí nadie me censura nada. Puedo decir que este tema me importa 3 bledos y que simplemente dejemos a los involucrados en la fiesta, no tratemos de colarnos. A continuación comparto un video que me sacó más de una sonrisa y eso que hoy no es mi mejor día.
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