jueves, 24 de mayo de 2012

El estado me odia

Este año he tenido que hacer más trámites en mi vida que un recién nacido o un recién difunto. Todo empezó cuando mis padres me dieron un ultimátum para sacar mi brevete, de lo contrario no me darían el carro. Entonces hice todo lo que debía hacer para sacarlo y lo conseguí. Al principio me paltié porque me mandaron a la Av. Venezuela a recogerlo, y yo pensaba: ¿Sabrá Dios dónde queda ese sitio? Mucha gente me daba referencias y me decía cómo llegar, la cosa es que me hice un mundo para ir hasta que un día un amigo me dijo que me acompañaría a recogerlo.

Entonces ese día me dirigía en mi carro al sitio este, cuando de pronto en el semáforo antes de cruzar Javier Prado en San Isidro se me ocurrió ir a la sede de Lince (a 10 minutos de mi chamba) para ver si ahí también podía recoger mi brevete. Y BINGO! Resultó que podía ir a cualquier sede de Lima a recogerlo. Brillante.

Iba yo feliz de la vida por el mundo con mi brevete recién estrenado, nuevecito, bello, ya no ya, era la mujer más feliz del universo.

Un día conversando con la gente de mi chamba descubrí que cuando cumples 24 años se te vence el DNI y tienes que renovarlo. Yo no podía creerlo, así que saqué mi DNI y me di cuenta que ESE MISMO DÍA VENCÍA. Estaba escandalizada, recién había cumplido 24 y ya me querían en otro engorroso trámite.

Todo lo que viene a partir de ese momento es horrible, prepárate. Esa semana perdí mi tarjeta del banco en algún local comprando café, naturalmente llamé a bloquearla. Y cuando quise sacar otra me dijeron que mi DNI estaba vencido y que lo renueve para acceder a MI PLATA. Fuerte. Así yo empecé el trámite y me dijeron: Vuelva en 16 días, tendremos listo su DNI.

Hacía frío, no tenía dinero y se acercaba la quincena. El banco me cagó ps. Pasaron esos 16 días y por fin pude recoger el documento que me reconoce como peruana, pude sacar mi tarjeta y vivir la vida loca otra vez.

No había pasado ni 2 semanas cuando sufrí el robo de mi BILLETERA y CELULAR. Horrible, yo te dije, horrible. Todo lo que había hecho por tener mis documentos en orden y estar en paz con la SUNAT se fue al tacho en 1 minuto. Los detalles del robo no los daré porque ni yo misma lo recuerdo con claridad.

Con eso aprendí que la vida es como un caballo salvaje que hay que aprender a montar. ¿QUÉ CARAJO? El día que empiece a escribir mariconadas cursis alguien dispáreme. Tengo ya mi testamento hecho, es básicamente un documento con mi clave de facebook y la orden de desactivar mi cuenta para que no me pongan mensajes huachafos en el muro (Amigo cibernauta, en este momento no me encuentro disponible. Por favor inténtalo de nuevo CUANDO SE ACABE EL MUNDO). De ese tema hablamos otro día.

Bueno heme aquí con un celular que no explota ni el 30% de lo que pago por mi plan smartphone y con un largo camino por recorrer en cuanto a mis documentos. Me falta el brevete, el carné del club, la tarjeta de mi ginecólogo y mi UVKard. MALDITOS BASTARDOS!!


miércoles, 23 de mayo de 2012

¡Maldita mosca muerta!

Los villanos me atraen últimamente mucho más que los mismos héroes, por esa mística que despiden con cada palabra que dicen y con cada gesto que hacen. Pero lo que más me gusta son las cosas que dicen al bueno que está a punto de ser derrotado pero casualmente, con el último esfuerzo de su alma, logra vencer al invencible villano, qué lástima.

Acá un resumen de mis villanos favoritos.

 1. Maléfica de La Bella Durmiente: Su elegancia y su manera pausada de hablar me cautivaron cuando era niña, al cerrar su capa generando una sombra sobre su rostro, me temblaba cada vértebra de la espalda.



2. Constance Langdon de American Horror Story: Creo que hay muy pocas actrices que han logrado transmitirme verdadera fascinación por el lado oscuro de la vida. Constance es un personaje que me encanta, está muy bien elaborado, bien actuado y es para mi, una inspiración.



3. Benjamin Linus de Lost: Esto es en parte porque Lost es mi serie favorita de toda la vida y bueno, el personaje malvado es simplemente espectacular. Un villano inteligentísimo, calculador, frívolo; un cobarde que prefirió ver morir a su hija a entregarse a los chicos rudos. Ben era un maestro de la manipulación, un maldito que podía lograr lo que quería utilizando a los demás como se le daba la gana. ¿Eso quién no quiere hacerlo alguna vez?



4. Dr. Aníbal Lecter de El silencio de los inocentes: En verdad el nombre es Hannibal pero un profesor zipizape solía decir: ANÍBAL LECTOR y JUDI [judi, no yudi] FOZTER, y bueno se me quedó. Este señor es lo más malvado que hay ahí afuera, es un genio de la maldad, un temible monstruo comehombres (SAU). De más decir que es súper inteligente y súper manipulador, creo que es un patrón porque ya van 2 que me van gustando y que son así.



5. Soraya Montenegro de la Vega Montalbán de María la del Barrio: Ok, Soraya es la mala por exelencia, todo el mundo habla de ella, sus frases están por toda la internet y como tono de llamada de cientos de celulares. Esta señora tenía 20 años cuando aceptó hacer el papel que la llevaría a la fama mundial (si, porque hasta Israel se fue la novela), aunque el look la hace parecer de 35 años mínimo. Itatí Cantoral simplemente la destruyó como la mala que quería destruirle la vida a María la del Barrio y que mató a su progenitora: Nana Calixta.



6. Keiko Fujimori: Estoy segura que todas las personas mencionadas arriba son un amor de gente en la vida real, menos Maléfica que es un dibujo. Bueno, nada se compara a ser un villano en la vida real, como la rata gorda fujimorista que tenemos en el Perú dando vueltas como un witre esperando comerse a su presa. Espero que este ser rechoncho no se aparezca por las elecciones del 2016.

Si tú te preguntas cuál es tu rol en la vida, de pronto no te hallas en armonía con tu estado actual en la vida, entonces puedes adoptar siempre el rol de malvado con algún trauma de infancia. Obvio que no vas a matar a nadie ni buscar arruinarle la vida, pero puedes decirle frases malvadas a la gente que odias y van a pensar que lo dices en broma. Sólo sabrás la verdadera intención de tus palabras.