lunes, 23 de junio de 2014

Amigos tienes, amigos pierdes

Todos hemos tenido un pata con el que dejamos de parar; ya sea porque nos peleamos, lo olvidamos o simplemente la amistad se va consumiendo poquito a poquito hasta que ¡puff! se hace humo. Pero cuando sucede la transición de "verse hasta en la sopa" a "no me importa tu vida", todo parece una gran nube de confusión y flojera; sin embargo, cuando el cielo se va despejando y ves con claridad las cosas, es fácil volver la mirada con algo de perspectiva.

Los intereses cambian

Las razones y factores por las que una amistad se enfría son incontables, sin embargo todas guardan algunas pinceladas de similitud. Los intereses en común dejan de ser los mismos, las prioridades que tienes en un momento de tu vida de pronto pasan a segundo o tercer plano o a preocupaciones guardadas al fondo de tu cerebro. Y no se trata de tener las mismas metas y aspiraciones en la vida, sino de inspirarse mutuamente frente a los nuevos desafíos que ésta nos trae. Si no sientes más esa inspiración, es fácil que lo que le suceda a tu amigo te entre por un oído y salga inmediatamente por el otro. No puedes fingir interés, es una pérdida de tiempo.

La gente está "ocupada"

Otro motivo para nunca ver a tus patas es estar ocupado o nunca tener tiempo para verse - es un clásico - pero los amigos son el escape del mundo real y quienes nos hacen olvidar los "pendientes" y mails eternos que no paran de llegar. Así que por más ocupado que estés, si es tu pata en serio, haces lo que sea por tomarte unas chelas o jugar wii y relajarte.

No soy yo, eres tú

Colocar a un amigo en el purgatorio de gente que conoces pero poco te interesa su día a día es difícil, porque nunca esperas que te de igual lo que le sucede a alguien que realmente consideras muy cercano. Al principio uno se siente atrapado en una nebulosa confusión, pero con tiempo logras aceptar que perdiste a ese "amigo" y es hora de salir a conocer gente nueva.

Nuevos amigos

Hacer nuevos amigos supuestamente se hace cada vez más difícil cuando vas creciendo hacia la adultez, pero hasta ahora no me ha parecido que sea así. De hecho es difícil mantenerse al día con todas las personas que llegan a tu vida, pero de vez en cuando conoces gente con quien compartirás los momentos más random; y sin querer queriendo van abriéndose camino por entre la multitud para decir: "Hola, estoy aquí y puedes contar conmigo".

La luz al final del túnel

Perder a un amigo es horrible porque nunca esperas "terminar" una amistad, sólo sucede dejando estelas de incomodidad por donde pises. Pero lo importante es saber que hay una luz al final del túnel ya que no eres el primero en alejarte de un pata, la gente deja de parar todo el tiempo (#normal). Sólo tienes que saber detectar quiénes son verdaderamente tus incondicionales y con quiénes sólo te vas a tomar unas chelas para pasar el rato... ya que una vez rota la confianza es muy difícil volver a recuperarla.


No hay comentarios:

Publicar un comentario